La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En primer línea
Llega el tiempo
Letras comparten el movimiento
Arde quemas
Arde santiago el pueblo se aqueja
Sin miedo
Defiendo el derecho
El silencio no volverá
A cubrir calles desigualdad
Rompe el juego
El ruido aturdece
Todos nos mienten
Creen que nos tiene sin voz
Sigue el ladrón
Matan en la calle
Escondes verdades
Creen que nos hacen weon
No ven dolor
Toda la sangre cae en sus manos
Calles gritan
Toda la historia que van y quitan
Protesto
Contra ley contesto
No aguanto 30 año más
Tu circo completo ardera
Prende el fuego
Raya la voz
No marches bajo una insignia que vende la paz