La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quiero contarles una historia
De un hombre que creyó en Dios
Aunque la gente se burlaba
Con su fe un arca construyó
Pronto vinieron muchas lluvias
Y un gran diluvio apareció
Junto con toda su familia
Y los animales en el arca entró
Quiero conocer el arca de Noé
Con los animales yo quiero correr
Escuchar rugir al fuerte león
Y con los canguros saltar de emoción
Quiero conocer el arca de Noé
Con los animales yo quiero correr
Danzar con los monos y cantar así
La la la la la la, la la la la la
Luego pasaron muchos días
Hasta que la tierra se secó
Dios dibujó un arco iris
Para recordarnos de su amor
Quiero conocer el arca de Noé
Con los animales yo quiero correr
Escuchar rugir al fuerte león
Y con los canguros saltar de emoción