La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
I
Yo quiero ser más como tú, más como tú
dame Señor tu corazón, tu corazón
yo quiero hacer tu voluntad, tu voluntad
y quiero estar junto a ti, junto a ti
Jesús (4 veces)
(Repetir I)
II
Jesús en tí yo ecuentro el amor y la verdad (4 veces)
Jesús Oh...
(Repetir II)
Yo quiero ser más como tú, más como tú (4 veces)