La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vos sabés que no me gusta cuando te ponés así
No llores princesa
Vos seguí con tu sonrisa y el dolor dámelo a mí
Que tengo experiencia
Si tuviera fé besaría ya ese manantial de tristeza
No llores más que hoy tenemos el viento a favor
Y uno solo se equivoca para aprender de su error
Naufraguemos esta noche y encontremos un lugar
Para emborracharnos
Que borracho el corazón toma ventaja y además
Yo tomo coraje
Si se da se da, y sino mejor
Porque no aguantaría hacerte llorar
Vos sabés que no soy lo mejor y sabés
Como me hace mierda verte mal
Josefina, por favor no llores más
Josefina, me estás destruyendo
Josefina, por favor no llores más
Que el alma no está hecha para soportar
Verte llorar mi amor