La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Jesucristo
Vino a morir
Por ti y por mi
El murio
En una cruz
Crusificado
Nuestros pecados
Con su sangre el borro
Porque Cristo nos amo
Sin condición
Solo falta
Que tu abras tu corazón
Y que aseptes
Que tu Eres un pecador
Que tu quieres
Que el perdone tu pecado
Que tu quieres
Ser también hijo de Dios
Pues de tal
manera al mundo Dios amo
Que asta dio
a su hijo amado
En sacrificio
Pará que tu no fueras condenado
Y alcanzarás con su sangre salvación
(Gracias a Jonathan por esta letra)