La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Soa soa bai ki
Choro choro yon bano
(Canto de limpieza Shipibo)
Deja que el agua corra
No la detengas más
Entretejido de piedra
Oigo tu voz cantar
Cuando el río suena
Agua llevará
Primero estaba el mar
No había sol, ni luna, ni gente
Ni animales, ni plantas
El mar estaba en todas partes
El mar era la madre
La madre no era gente ni nada
Ella era el espíritu
De lo que habría de venir
Y ella era pensamiento y memoria
(Mito del pueblo Kogi, Colombia)