La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vamo'a la Verbena
Está en la playa
Suenan los tambores
Y me alegra el alma
Esa mujer me dejó botao
Me dejó con las flores en la mano
Y con el alma hecha pedazos
Le entregué mi corazón a pedacitos
Y se fue huyendo de mi lado
Vamo'a la Verbena
Está en la playa
Suenan los tambores
Y me alegra el alma
Me dejó sus besos bien tatuados
Cada segundo enamorado
Me dejó ahogado entre las penas
Y una botella que estoy tomando