La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Me levanté y te quedaste ahí
No lo entendiste, tu desilusionó
Pero no dudé, Sabía que mi cambio ibas a ver.
Ya eso fue tiempo atrás
Los dias se acortan mucho frio hace hoy
Si escuchas mi oración
No sé si te molestará que al orar por ti
No pueda más el llanto resistir
Mucho tiempo há sido así
Los días se acortan, talvez hoy va a nevar
¿Cómo podría hacerte ver, al que vive en mí?
¿Cómo podría hacerte ver, como te amo a tí?
¿Cómo podría hacerte ver, al que vive en mí?
¿Qué no lo ves?
Los días se acortan, mas yo no me rendiré.
¿Cómo podría hacerte ver, al que vive en mí?
¿Cómo podría hacerte ver, como te amo a tí?
¿Qué es lo que me falta hacer?
¿Hay algo que no pueda ver?
¿Qué es lo que te sacudirá?
Para que veas a Dios?