La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Jesús, grato perfume de una flor en primavera
Jesús, como ese sol que pinta alegra la pradera
Por donde quiera
Jesús, bello como un atardecer en el verano
Jesús, canto de pájaros en un arrullo tierno
Mil mariposas de colores en invierno
El dulce nombre que a mi alma da consuelo
Déjame que te cante, llegue mi canto cual perfume dulce grato
Yo soy humano como todos con defectos, con humildad
Quise decirte lo que siento
Déjame que te cante, llegue mi canto cual perfume dulce grato
Tu nombre es grande y no soy digno de cantarte no
Arrúllame en tu gracia y tu preciosa sangre
Jesús, bello como un atardecer en el verano
Jesús, canto de pájaros en un arrullo tierno
Mil mariposas de colores en invierno
El dulce nombre que a mi alma da consuelo
Déjame que te cante, llegue mi canto cual perfume dulce grato
Yo soy humano como todos con defectos, con humildad
Quise decirte lo que siento
Déjame que te cante, llegue mi canto cual perfume dulce grato
Tu nombre es grande y no soy digno de cantarte no
Arrúllame en tu gracia y tu preciosa sangre