La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
El ángel vino de los cielos
Y a maría le anunció
El gran misterio de dios-hombre
Que a los cielos admiró.
Virgen madre, señora nuestra,
Recordando la encarnación.
Te cantamos tus hijos todos
Como estrella de salvación.
"yo soy la esclava del señor, mi dios,
-la virgen dijo al contestar-
Que se haga en mi, según has dicho,
Se cumpla en mi tu voluntad"
Y el verbo para redimirnos
Tomó su carne virginal.
Vivió hecho hombre entre nosotros,
Librándonos del eterno mal.