La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
We feed on iron ore
We'll burrow through your planet
Straight to its white-hot core
We bathe in molten granite
Tonight the mountains walk
Our reign is never-ending
Our veins are caked with chalk
Seas parting, forests bending