La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Con señales descendió
El Espíritu Santo
Su presencia cayó
Con poder de lo alto
Espíritu de Dios, como lluvia ven
Con tu eterno amor tú inundas mi ser
Espíritu de Dios, arde en mi interior
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Al venir ante tus pies
Tu amor me revelas
Puedo ver tu corazón
Contemplar tu grandeza
Espíritu de Dios, como lluvia ven
Con tu eterno amor tú inundas mi ser
Espíritu de Dios, arde en mi interior
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Jesús
Espíritu Santo, ven como fuego
Que consume, me consumes
En tu presencia a ti me rindo
En tu gloria, por tu gloria
Espíritu Santo, ven como fuego
Que consume, me consumes
En tu presencia a ti me rindo
En tu gloria, por tu gloria
Agua viva fluye en mi ser
Me sumerges en tu gracia
Cielo abierto inundándome
Me restauras en tu gloria
Espíritu Santo, ven como fuego
Que consume, me consumes
En tu presencia a ti me rindo
En tu gloria, por tu gloria
Espíritu Santo, ven como fuego
Que consume, me consumes
En tu presencia a ti me rindo
En tu gloria, por tu gloria
Espíritu de Dios, como lluvia ven
Con tu eterno amor tú inundas mi ser
Espíritu de Dios, arde en mi interior
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Solo a ti clamaré
Jesús
Solo a ti clamaré, Jesús
Solo a ti clamaré, Jesús
Solo a ti clamaré, Jesús
Solo a ti clamaré, Jesús
Solo a ti clamaré
Jesús