La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si se humillare mi pueblo
Sobre el cual mi nombre es invocado
Y oraren y buscaren mi rostro
Si se volvieren de sus malos caminos
Entonces oiré, perdonaré sus pecados
Los sanaré
Sananos, sana nuestra nación
Te pedimos hoy perdón
Es nuestra oración
Salvanos, salva nuestra nación, Señor
Te pedimos hoy perdón
Es nuestra oración
Los programas sociales
Las carceles y condenas
Se constituyen en métodos
De contribución
Pero no pueden sanar el alma
Ni tampoco el corazón
Solo la paz verdadera
Proviene de Dios
Sananos, sana nuestra nación
Te pedimos hoy perdón
Es nuestra oración
Salvanos, salva nuestra nación, Señor
Te pedimos hoy perdón
Es nuestra oración
Es nuestra petición
Es nuestra oración