La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hace mucho tiempo
Que quiero señora
Decirle sencilla
Pero tiernamente
Que de muy pequeño
Ya la presentía
Que crecí sabiendo
Que era para Usted
Que fue solo verla
Y al fin comprender
Que el vivir
Cada día comienza
Que el soñar
No conoce de frenos
Que al tenerla
Me creo más bueno
Pues ser bueno
Tiene recompensa
Que la historia
De amor verdadero
Es verdad al sentir
Su cuidado
Que bendigo contarla
A mi lado
Cual bendigo las lluvias
De enero