La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
No se esconderá, sorprenderá
No renunciará, resonará
No se limitará, escúchalo
Escúchalo
Muros caen, el débil clama
Al Dios que mueve montes
La tierra tiembla, fe despierta
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes
No se asombrará, nos rodeará
No se detendrá, se moverá
Cerca el está, escúchalo
Escúchalo
Muros caen, el débil clama
Al Dios que mueve montes
La tierra tiembla, fe despierta
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes
Dices pide, y te daré
Dices mira mi poder
Al confiar me mostrarás
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes
Dices pide, y te daré
Dices mira mi poder
Al confiar me mostrarás
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes
Muros caen, el débil clama
Al Dios que mueve montes
La tierra tiembla, fe despierta
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes
Muros caen, el débil clama
Al Dios que mueve montes
La tierra tiembla, fe despierta
Al Dios que mueve montes
Al Dios que mueve montes