La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
A pesar de la lluvia y la tempestad,
A pesar de la duda y necesidad.
Si hasta aquí nos trajo Dios,
Sé que no nos dejará.
Si hasta aquí nos ayudó,
Hoy su mano nos guiará.
Sé que no nos dejará.
Mi confianza puesta está,
En los brazos de mi Padre Celestial.
A pesar de la lluvia y la tempestad,
A pesar de la duda y necesidad.
Si hasta aquí nos trajo Dios,
Sé que no nos dejará.
Si hasta aquí nos ayudó,
Hoy su mano nos guiará.
Sé que no nos dejará.
Mi confianza puesta está,
En los brazos de mi Padre Celestial.
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca tardará,
La promesa de mi Dios.
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca fallará,
La palabra que mi Padre nos dejó
No nos fallara....
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca tardará,
La promesa de mi Dios.
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca fallará,
La palabra de mi Dios
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca tardará,
La promesa de mi Dios.
Mi confianza puesta está,
En la voz de mi Pastor.
Sé que nunca fallará,
La palabra que mi Padre nos dejó