La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Mi Dios es grande, grande
Grande, mi Dios es...
A tus pies yo me postrare y te adorare por tu inmensidad
A tus pies yo me postrare y te adorare por tu inmensidad
En tu precensia rebosa mi ser,
Me sostienes me levantas,
Y me ayudas a vencer
En tu precensia rebosa mi ser,
Me sostienes me levantas,
Y me ayudas a vencer
Mi Dios es grande, grande
Grande, mi Dios es
Mi Dios es grande, grande
Grande, mi Dios es
A tus pies yo me postrare y te adorare por tu inmensidad
A tus pies yo me postrare y te adorare por tu inmensidad
En tu precensia rebosa mi ser,
Me sostienes me levantas,
Y me ayudas a vencer
En tu precensia rebosa mi ser,
Me sostienes me levantas,
Y me ayudas a vencer
Eres Grande, eres grande, eres grande
Eres Grande, eres grande, eres grande
Eres Grande, eres grande, eres grande
Mi Dios es.
(Gracias a Elisanette Ortiz por esta letra)