La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Te he llamado y me han dicho que no estás,
Te he buscado en mil lugares todo el tiempo.
Le pregunto a los amigos qué de ti
y me dicen que sin mí, jamás has vuelto.
Yo no sé por qué te has ido, yo no sé.
Qué pasó que ya no estás más a mi lado.
He debido cometer algún error
que en tu joven corazón habrá calado
y sin querer...te perdí
y hoy estoy desesperado...te perdí
y no sé nada de ti...te perdí
y no estoy acostumbrado a vivir
sin tenerte junto a mi.
El amor tiene esas cosas y un buen día
me di cuenta que al perderte, me perdí.
que al perderte me perdí.