La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Hoy de ti, solamente quiero saber
Hoy de ti, solamente quiero saber
(Por que eres para mi, razón de mi existir)
Y en todo instante amor
Hoy de ti, solamente quiero saber
(Por saber comprender, lo que hay en mi querer)
Tu eres mi adoración
Dame un beso, que lo anhelo, por favor
Dame un beso, quiero estar en tu calor
Hoy de ti, solamente quiero saber
(Por que eres para mi, razón de mi existir)
Y en todo instante amor