La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Vuelvo a empezar, borrar lo que he vivido
Que mis sentidos vuelvan a nacer
Quiero empezar de nuevo como un niño
Que no ha vivido, no ha mentido, que nunca ha pecado
Siento que algo nuevo nace en mi, ya no me duelen las heridas
Si algún día fui indecisa, ya forma parte del pasado
Sólo quiero que mi ser vuelva a ser limpio y mi alma siempre
Azulada
Siento que todo está por descubrir
Que lo que me rodeó me sorprende aún
Sin ilusión no se puede vivir
Si no la encuentro no tiene sentido
Siento que algo nuevo nace en mí, ya no me duelen las heridas
Si algún día fui indecisa, ya forma parte del pasado
Sólo quiero que mi ser vuelva a ser limpio y mi alma siempre
Se pueda ver a través d emi con nitidez
Que nadie la empañe, ni la ensucie, ni la rompa, ni la cambie
Que su color permanezac siempre en su color
Nada es puro, ya lo sé, si puede ser, que pueda ser
Azulada