La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Noche sin luna, ando intranquilo,
libre de culpa, esta el asesino
esta en la calle, siento el peligro.
sombras y frio en mi camino.
Sin justicia quedo el chacal,
y sus manos sangrientas estan,
en un dia lo dejan salir,
y su mirada te hace morir,
es muy tarde y no puedo escapar,
me ha encontrado y me quiere eliminar
Chorus:
Maldita justicia, no te quiere encarcelar
por unas sucias monedas, te dan libertad.
Maldita justicia, no te quiere encarcelar
por unas sucias monedas, te dan libertad.
Cuantas horas en la oscuridad,
el malvado me viene a buscar.
Falta mucho para amanecer
esta vez me defendere
es muy tarde y no voy a escapar.
Me ha encontrado y me quiere eliminar
Chorus:
Maldita justicia, no te quiere encarcelar
por unas sucias monedas, te dan libertad.
Maldita justicia, no te quiere encarcelar
por unas sucias monedas, te dan libertad.