La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Mi amor, mi amor ¿Dónde estarás?
¿Por qué te fuiste con otra ave a volar?
Mi amor, mi amor ¿Cómo pudiste?
Dejarme solo, aburrido y muy triste
No te conocí yo de verdad
Si hubiera sido así no estaría pensando
Penar y penar, tomar y fumar
Para olvidar tu perra traición
¿Por qué tuviste que ser tu? La hembra traicionera
¿Como chingados tu le hiciste? Para hasta burlarte
Que cabrona y mentirosa me saliste
Tendré que olvidarte
Paso muchas noches de desvelo
Pregúntale a mis ojeras se caen hasta el suelo
Quieren una buena dieta, dejen que se burlen
De ustedes y verán que enflacan devolada
Y no me avergüenzo de tu traición
Es más, te digo que te vaya bonito
Pero cuando beses a ese cabrón
Por cierto, ta' reculero ese pendejito
Me extrañaras todas las madrugadas
Un amor como el mío no se olvida tan pelada
Pues a pesar de mi alcoholismo
Sabes que en el cerebro tengo la magia
¿Por qué tuviste que ser tu? La hembra traicionera
¿Como chingados tu le hiciste? Para hasta burlarte
Que cabrona y mentirosa me saliste
Tendré que olvidarte
Tendré que olvidarte
Falsa mujer