La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que lindo que son tus ojos
Morena mía
Pero mas linda es tu boca
Sabor a guinda
Tu cuerpo muy bien formado
Fina cintura
Así luce mi atocheña
Con su hermosura
Venga mi moza hay donoza
Venga conmigo
Que este chapaco le ofrece
Formar un nido