La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
A veces la pobreza es dolorosa
Y el pobre que la sufre se endurece
Le resulta tan amargo y humillante
El tener que mendigar el pan
Por eso es tan difícil ser su siervo
No dando con desprecio una limosna
Y no darles solamente pan y sopa
Sino darles sobre todo santo amor
Amor en la dulzura y la sonrisa
Amor en gentileza y buen humor
Mas amor entre más grosero, sucio y repugnante
Sea el pobre tu señor
Eres siervo de ese pobre susceptible
Tan herido en su más alta dignidad
Solo por el amor él te perdona
El pan que humildemente le darás
Amor en la dulzura y la sonrisa
Amor en gentileza y buen humor
Mas amor entre más grosero, sucio y repugnante
Sea el pobre tu señor