La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Abro el corazón y las ventanas
Cuando empieza la mañana
Por si quieres hoy venir
Eres como el viento que no avisa
Cuando sopla y trae la brisa
Ven y sopla sobre mí
Y mi corazón vuelve a latir
Y se renueva si estás aquí
Y mi corazón vela por ti
Porque te espera, vuelve a venir
Espíritu de dios, ven a mi vida
Como lluvia que tardó
Y al desierto vida dio
Desciende sobre mí como la brisa
Que destile sobre mí
Tu poder en mí haz fluir
Abro el corazón y las ventanas
Cuando empieza la mañana
Por si quieres hoy venir
Eres como el viento que no avisa
Cuando sopla y trae la brisa
Ven y sopla sobre mí
Y mi corazón vuelve a latir
Y se renueva si estás aquí
Y mi corazón vela por ti
Porque te espera, vuelve a venir
Espíritu de dios, ven a mi vida
Como lluvia que tardo
Y al desierto vida dio
Desciende sobre mí como la brisa
Que destile sobre mí
Tu poder en mí haz fluir
Espíritu de dios, ven a mi vida
Como lluvia que tardó
Y al desierto vida dio
Desciende sobre mí como la brisa
Que destile sobre mí
Tu poder en mí haz fluir
Espíritu de dios, ven a mi vida
Desciende sobre mí como la brisa
Desciende sobre mí como la brisa
Que destile sobre mí
Tu poder en mí haz fluir