La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Que se mezlcan el amor y los defectos que se casen la justicia
y la verdad que reposen por la tarde en la pradera el becerro
y el león que se mezclen los milagros y tragedia
y que moren el niño con el lobo ras y que jueguen
en la vida como amigos la serpiente y un bebe
que nos dirigirá un niño que pastoree nuestro corazón
y los enemigos se abrazaran y todo los collados se alegraran
y los corazones purificaran y todo los rencores disiparan
que se junten el dolor y la belleza que la hiedra se confunda
con la flor que se tomen de la mano y que se besen
los rencores y el perdón que platiquen el leopardo y el
cordero y que pierdan las espinas su inquision que las crías
de las vacas se pasean con el oso bajo el sol
que nos dirija un niño que pastoree corazón
y los enemigos se abrazaran y todo los collados
se alegraran y los corazones purificaran
y todo los rencores disiparan