La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Te veo en los momentos de dolor
Te veo en la noche
Cuando en la vida se apaga el sol
Te veo en la luz
Te veo en la sonrisa y el amor
Te veo en mis sueños
Veo tu mano guiándome
Siempre estás tú
Siento tu abrazo, tu expresión
Eres tan fiel y no hay razón
Que me haga dudar de tu corazón
Siento tu mano sobre mí
Siento tu amor y puedo oír
Tus palabras y tu voz
Siempre eres fiel
Te veo en el desierto y la aflicción
Te veo en el valle
Veo tu mano tapando el sol
Cubriéndome
Te veo en cada paso que yo doy
Te veo en mis planes
Veo tu mano guiándome
Siempre eres fiel
Siento tu abrazo, tu expresión
Eres tan fiel y no hay razón
Que me haga dudar de tu corazón
Siento tu mano sobre mí
Siento tu amor y puedo oír
Tus palabras y tu voz
Siempre eres fiel
Siento tu abrazo, tu expresión
Eres tan fiel y no hay razón
Que me haga dudar de tu corazón
Siento tu mano sobre mí
Siento tu amor y puedo oír
Tus palabras y tu voz
Siempre eres fiel
Siempre eres fiel