La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Yeh, yeah
Abraham Mateo
Oh, uoh
Dime, baby
Puede ser, puede ser, puede ser
Que te haya descuidado sin querer
Pero sé, pero sé, pero sé
Que te sigo amando igual o más que ayer
Qué más da, qué más da, qué más da
Que antes te besara un poco más
Que te escribiera cartas por WhatsApp (eso no significa na’)
Porque de verdad
De verdad que tú me gustas
De verdad que tú me encantas
Baby no te mentiría
De ti no me cansaría
De verdad que no te miento
Que tan puro el sentimiento
No encontrarás a nadie más jamás
Que te quiera tan de verdad