La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Nunca el sol alumbrará
Con la misma intensidad
Ni dará calor como hace tu luz
Ni las nubes cubrirán
Toda la inmensidad
De este cielo azul como hace tu mano
Tú eres más grande que todo
Nadie es como Tú
Para Ti no hay magnitud
Eterno y exagerado
Eres el creador
Te doy gloria y honor
Y no creo solamente por lo que mis ojos ven
Te puedo sentir
Inundas de amor mi ser
Aunque eres grande y fuerte tan inmenso siempre estás aquí
Junto a mí
Como mi padre amado
Tú eres más grande que todo
Nadie es como Tú
Para Ti no hay magnitud
Eterno y exagerado
Eres el creador
Te doy gloria y honor
Y no creo solamente por lo que mis ojos ven
Te puedo sentir
Inundas de amor mi ser
Y aunque eres grande y fuerte tan inmenso siempre estás aquí
Junto a mí
Como mi padre amado
Y no creo solamente por lo que mis ojos ven
Te puedo sentir
Inundas de amor mi ser
Y aunque eres grande y fuerte tan inmenso siempre estás aquí
Junto a mí
Como mi padre
Y no creo solamente por lo que mis ojos ven
Te puedo sentir
Inundas de amor mi ser
Aunque eres grande y fuerte tan inmenso siempre estás aquí
Junto a mí
Como mi padre amado