La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Camino contigo
Escucho Tu voz
Pues Tu me enseñas
Hacer Tu voluntad
Y aunque yo falle
No me dejarás
Tengo quién me levante
Tu Señor lo harás
Dios
Mi vida está en Tus manos
Mi corazón es para Ti
Yo sé que no fallarás
Yo sé que no fallarás
Camino contigo
Escucho Tu voz
Pues Tu me enseñas
Hacer Tu voluntad
Y aunque yo falle
No me dejarás
Tengo quién me levante
Tu Señor lo harás
Dios
Mi vida está en Tus manos
Mi corazón es para Ti
Yo sé que no fallarás
Dios por siempre estaré en Tus brazos
Todo mi amor es para Ti
Yo sé que no fallarás
Sólo Tú eres fiel
Eres mi amigo
Sólo Tú eres fiel, Señor
Sólo Tú eres fiel
Eres mi amigo
Sólo Tú eres fiel, Señor
Dios
Mi vida está en Tus manos
Mi corazón es para Ti
Yo sé que no fallarás
Mi Dios por siempre estaré en Tus brazos
Todo mi amor es para Ti
Yo sé que no fallarás
Yo sé que no fallarás
Yo sé que no fallarás
Yo sé que no fallarás