La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Alzo mis ojos
¿De dónde vendrá mi socorro?
Alzo mis manos
¿De dónde vendrá mi ayuda?
Mi socorro viene… de Ti
Mi ayuda viene, sólo de Ti
Mi socorro viene… de Ti
Mi esperanza está puesta solo en Ti
¡Jesús, oh… Jesús!
Alzo mis ojos
¿De dónde vendrá mi socorro?
Alzo mis manos
¿De dónde vendrá mi ayuda?
Mi socorro viene… de Ti
Mi ayuda viene, solo de Ti
Mi socorro viene… de Ti
Mi esperanza está puesta solo en Ti (x2)
¡Jesús, oh… Jesús!
Alzo mis ojos
¿De dónde vendrá mi socorro?
Alzo mis manos
¿De dónde vendrá mi ayuda?
Mi socorro viene… de Ti
Mi ayuda viene, solo de Ti
Mi socorro viene… de Ti
Mi esperanza está puesta solo en Ti (x2)
¡Jesús, oh… Jesús!
Oooh mi Dios
tú eres mi ayudador
Tú nunca me dejaras, Señor
Eres mi amigo fiel oooh
Mi socorro viene… de Ti
Mi ayuda viene, solo de Ti
Mi socorro viene… de Ti
Mi esperanza está puesta solo en Ti (x2)
¡Jesús, oh… Jesús!
Mi socorro viene… de Ti
Mi ayuda viene, solo de Ti
Mi socorro viene… de Ti
Mi esperanza está puesta solo en Ti (x2)
¡Jesús, oh… Jesús!
Jesús, oh… Jesús, Jesús