La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
En medio de la sequía
Del alma de un pecador
Como una flor plantada
Estaba mi salvador
Mis lágrimas regaban en el desierto que era yo
La esencia de la vida
Que se propagó
Su gracia nos perfumó
Jesús, Jesús
Jardín de adoración
Hizo de mi corazón
La Rosa de Saron
Rosa de Saron
Como un vaso nos llenó
Su Belleza reveló
La Rosa de Saron
Rosa de Saron
Su gracia nos perfumó
En la cruz, en la cruz
Oh, agua viva
Ven a regar
Mi alma desierta saciar
Que tú amor restaure
El lugar de la comunión
Oh, agua viva
Ven a regar
Mi alma desierta saciar
Que tú amor restaure
El lugar
Su gracia nos perfumó
En la cruz, en la cruz
Ohh, Rosa de Saron