La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Dicen que las flores no dejaban de cantar tu nombre, tu nombre cariño
Que las olas de los mares te hicieron un char de espuma de nubes y lirios
Y la luna no se convenció y bajo a mirarte el corazón, y al mirarte dijo que no había visto un sol radiante más bello que MI BENDICION
Coro
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo, mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído, yo te lo digo QUE BENDICION
Dicen que las palmas aplaudían al oír tus pasos, tus pasos cariño
Que los ríos salen de su cauce a contemplar tus ojos, tus ojos divinos
Y un lucero no se convenció y bajo a mirarte el corazón y al mirarte dijo que no había visto luna llena más bella que MI BENDICION
Coro
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo, mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído, yo te lo digo QUE BENDICION
Cuando me hablas oigo un coro de amor para dos
El falsete de un te quiero pegado a tu voz. QUE BENDICION
Coro
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo, mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído, yo te lo digo QUE BENDICION
Tenerte, besarte, andar de la mano contigo, mi cielo, mirarte, decirte un te quiero al oído, yo te lo digo QUE BENDICION
QUE BENDICION
(Gracias a Rosa por esta letra)