La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Meditad oh, pueblo todos,
Meditad oh, mundo entero,
Del polvo fuistes formado
Y al polvo seras tornado
Asi dice el creador,
Como la hierba del campo,
Que florece en la mañana,
Mas cuando llega la tarde,
Su belleza se marchita
Y todo desaparece
Mas el que cree en Jesus,
En memoria de dios estara,
Y una vida eterna gozara,
Cuando lleguemos a sion,
Y un himno nuevo entonaremos,
Ante el trono del supremo rey,
Y el mismo señor nos guiara,
Cuando lleguemos a sion.
Nuestro dias son muy cortos,
Que se pasan como un sueño,
Nuestra vida es una historia,
Llena de sinsabores,
De tristeza y dolor
Mas el que cree en Jesus,
En memoria de dios estara,
Y una vida eterna gozara,
Cuando lleguemos a sion,
Y un himno nuevo entonaremos,
Ante el trono del supremo rey,
Y el mismo señor nos guiara,
Cuando lleguemos a sion.