La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Contigo soy feliz y no lo puedo negar
Vivir para alabarte es mi necesidad
Cambiaste la tristeza en gozo y ya no me sonrojo
Porque tú eres mi abogado y tú me has perdonado
Camino sonriendo a cada paso que doy
Me dicen que estoy loco y tienen razón
Loco por la locura que tú hiciste en la cruz
Locura por amor, locura por mi salvación
Oh, oh, Oh, oh, Oh Jesús eres mi vida
Oh, oh, Oh, oh, Oh Tú eres mi alegría
Y adorarte mi pasión, bendita fue tu decisión
La locura de la cruz
Es incomprensible un amor tan real
Morir por los pecados de la humanidad
Y ahora el yugo ya no pesa porque tú lo alejas
Y me traes esta alegría de alabarte todo el día
Y vivo para darte gloria y para darte honor
Y vivo para anunciar que tú eres lo mejor
Y vivo para darte gloria y para darte honor
Y vivo para anunciar que tú eres lo mejor
(Gracias a je por esta letra)