La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Justo vengo a despertar vencido a la realidad,
Estaba en este lugar y nos hace temblar.
Su piel brilla sobre mi, con fuego me ve mirar,
Y habla como habla el mar cuando me abraza.
Qué tono tiene su voz al descender?
Qué cielo nos traerá al despertar?
No se puede detener, es más que una sensación
Que arrasa con el temor, cuando te ves llegar.
No sé bien por que lo haces, pero sé que es mi lugar,
El brazo que sanará es el que me abraza.
Esta por llover y es cerca de sus pies,
Esta por llover, comienza el día y brilla.