La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
VERSO 1
Señor, sólo Tú reinas
Vestido en majestad
Ceñido de poder
Desde la eternidad
VERSO 2
Sentado en Tu trono
Te vienen a adorar
Los ángeles proclaman
De Tu inmensidad
CORO
Tú eres Santo, Omnipotente
Incomparable, El gran YO SOY
Rey Soberano, Dios infinito
Cuán deslumbrante es Tu esplendor
Dios majestuoso
VERSO 3
Glorioso y sublime
Sin principio ni final
Cuán grande y temible
Tú no tienes igual
VERSO 4
Ni muerte ni sepulcro
Te pueden destruir
Victorioso e invencible
Siempre vas a existir