La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Eran cien ovejas que había en el rebaño
Eran cien ovejas que amante cuido
Pero en una tarde al contarlas todas
Le faltaba una, le faltaba una y triste lloró.
Las noventa y nueve dejo en el aprisco
Y por las montañas a buscarla fue
La encontró gimiendo, temblando de frio
Curo sus heridas la cargo en sus hombros y al redil volvio
Esta misma historia vuelve ha repetirse
Todavia hay ovejas que errabundas estan
Que van por el mundo, sin Dios sin consuelo
Sin Dios sin consuelo, sin Dios sin consuelo y si su perdon.
Emer & Yoly