La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Como voy negar, que tu conmigo estas
Si me brota por los poros tu alegría
Y tu Espíritu me guía noche y día, es lo mejor.
Yo caminare sin mirar atrás,
Tu palabra llevare yo cada día
Contare que tu viniste a darnos vida, y es lo mejor.
Una alabanza al Dios Divino debe haber en nuestra boca
Para que el Espíritu descienda y nos de lo que nos toca
Fuego, fuego, que descienda tu Espíritu Santo
Fuego, fuego porque hoy aquí estamos necesitando
Una doble porción de ti, para ser feliz, queremos hoy sentir
Que descienda Dios tu fuego hoy aquí.
Debes venir y conocerle a El
El es el único que cambiara tu vida
Te sentirás nacer de Nuevo cada día, es lo mejor.
Una alabanza al Dios Divino debe haber en nuestra boca
Para que el Espíritu descienda y nos de lo que nos toca.
Fuego fuego, que descienda tu Espíritu Santo
Fuego fuego, porque hoy aquí estamos necesitando
Una doble porción de tipara ser feliz, queremos hoy sentir
Que descienda Dios Tu fuego.