La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¡Orientales, la Patria o la tumba!
¡Libertad, o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia
Y que heroicos sabremos cumplir
Que sabremos cumplir
Sabremos cumplir
Sabremos cumplir
¡Libertad, libertad, Orientales
Este Grito a la Patria salvó
Que a sus bravos en fieras batallas
De entusiasmo sublime inflamó
De este don sacrosanto la gloria
Merecimos ¡Tiranos temblad!
¡Tiranos temblad!
¡Tiranos temblad!
¡Ah!
¡Libertad en la lid clamaremos
Y muriendo, también libertad!
Y muriendo también libertad!
También libertad
¡Orientales, la Patria o la tumba!
¡Libertad, o con gloria morir!
Es el voto que el alma pronuncia
Y que heroicos sabremos cumplir
Que sabremos cumplir
Sabremos cumplir
Sabremos cumplir