La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Después de cuatro meses nada ha cambiado,
Raquel escucha las noticias en la radio
Sin saber que soy yo el que está allí sentado:
Soy invisible cuando me pongo a su lado.
Y qué más da si no me ve,
Y qué más da si yo lo sé.
Y qué más da si no me ve,
Y qué más da si yo lo sé.
Me gustaría invitarla a un helado,
Ir a la playa juntos cuando sea verano.
Pero, ¿qué más da?, ya lo sé,
Si yo la miro y no me ve.
Algún día le diré:
“Estoy aquí, pero no me ves”.
Cuando se sienta siempre mira hacia fuera,
Yo estoy en medio pero ella no se entera.
¿Y qué más da?, ya lo sé,
Si yo la miro y no me ve.
Algún día le diré:
“Estoy aquí, pero no me ves”.
¿Y qué más da?, ya lo sé,
Si yo la miro y no me ve.
Algún día le diré:
“Estoy aquí, pero no me ves”.
¿Y qué más da?, ya lo sé,
Si yo la miro y no me ve.
Algún día le diré:
“Estoy aquí, pero no me ves”.