La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Echen agua en el altar
Pongan agua una vez mas
Verán que nada detendrá, jamas
Verán que nada impedirá, el
Fuego que viene del cielo
Fuego que Dios manda hoy
Fuego que enciende naciones
Fuego en nuestros corazones
Todo ojo le vera
Su palabra cumplirá
Veran que nada detendrá, jamas
Verán que nada impedira,el
Arde el Fuego, Arde el Fuego,
Arde el Fuego Ya