La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Qué sería de nosotros si no hubieras hecho el sol? ¿Qué sería de nosotros sin la luz o el calor?
Somos frágiles criaturas en Tu mundo sin igual
¿A dónde vamos si Tu mano no detiene el temporal?
Y aun así somos capaces de olvidarnos de Tu amor,
levantarnos con orgullo y sin razón.
Quiero darte con mi canto lo que pocos te dan hoy:
a Ti la gloria, solo a Ti el honor.
Somos tan inteligentes en nuestra propia opinión,
(y sigue igual que la estrofa anterior)
sin embargo tan pequeños ante Ti, oh Señor.
Ves nuestras limitaciones que nos hacen fracasar
y lentamente nos restauras
y haces que el sol vuelva a brillar
y aún aveces pretendemos en nuestra imaginación
ser el gran protagonista de la acción
ignorando Tu presencia, Tu cuidado y Tu amor
A Ti la gloria, solo A Ti el honor.
En mi propia vida veo la huella de Tu amor
que momento a momento me ha guiado, oh Señor.
No quisiera ser tan necio de olvidar el gran dolor
que sufriste por mi culpa ofreciéndome el perdón
y si alguna vez me alzase con soberbia y pretensión
intentando ser yo mismo el autor,
hazme ver tu cuerpo herido y avergüénzame Señor,
A Ti la gloria, solo A Ti el honor
Haznos ver Tu cuerpo herido y avergüénzanos Señor,
A Ti la gloria, solo A Ti el honor.