La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Tú los tocaste señor,
Y cambiaste toda su vida.
Cojos y ciegos sentados, esperando.
Tú los tocaste señor,
Y les diste nueva vida.
Tú los tocaste,
Y puedes hacerlo también hoy.
Tú les hiciste libres con tu amor y tu poder,
Tú sólo buscas un corazón sincero y lleno de fe.
Toca a tu pueblo otra vez señor,
No nos dejes morir.
Haznos sentir otra vez momentos de amor,
Vuelve a hacernos vivir.
No nos deseches en ira cruel,
Somos tu pueblo,
Tu israel.
Toca a tu pueblo señor, otra vez.....