La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
¿A dónde iré sin Ti, Señor
Si solo Tú, Jesús, tienes palabras de vida?
Si subiera al monte más alto
O bajara hasta el fondo del mar
¿Quién me dará, quién me mostrará tal amor?
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
¿A dónde iré sin Ti, Señor
Si solo Tú, Jesús, tienes palabras de vida?
Si subiera al monte más alto
O bajara hasta el fondo del mar
¿Quién me dará, quién me mostrará tal amor?
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Tantos años yo perdí sin el amor que no pude ver
Hasta que encontré la presencia de Dios
Aquí en el río
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor
Danzaré, Cantaré, derramaré mi corazón delante de Ti
Es el río de tu amor