La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Desde que te vi aquella vez supe que
Eras para mi recuerdo el momento
Que nos vimos esa noche te conocí
Siempre sueño contigo y no te dejo
De pensar siento que estas conmigo
Y nunca te voy a dejar
Y es que sueño contigo y no te dejo
De pensar Dios esta de testigo
Que siempre te voy amar
Y es que sueño contigo y no te dejo
De pensar Dios esta de testigo
Que no te voy a soltar
Me acuerdo ese momento lleno
De felicidad, soñé contigo
Y yo pensaba sin parar
Eres suficiente mi presente
Y yo con usted me quiero casar y todo
Lo pudo imaginar sabes que de la
Mente no te pudo borra
Y es que sueño contigo y no te dejo
De pensar Dios esta de testigo
Que siempre te voy amar
Y es que sueño contigo y no te dejo
De pensar Dios esta de testigo
Que no te voy a soltar