La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Cuando me dijiste que no ibas a venir
Drogarte conmigo hoy día
Me levante de mi sofa algo inseguro pensando
Respirar el gas del horno
A ver si me moría
Me acordé cuando te bajabas del bus en la carretera.
Y me acordé de fin de semanas en las playas
Con la radio encendida todo el día.
Cuando me avisaste que no ibas a venir
Casarte conmigo mañana
Me puse a bailar, corrí, salte por el jardín de mis abuelos
El campo brillaba la vida
Contigo yo era feliz.
Me acordé que me preparabas mis comidas preferidas
Cuando yo estaba enfermo
Y me acordé de esta mirando el cielo
Ay! que era lindo era rojo y verde.