La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Quebrántate y llora
Quebrántate y llora
Ya no habrá más temor
Él está aquí
En mi soledad
No había nadie muy cerca de mí
Confundida estoy
No encuentro quien me ayude en mi caminar
No sé donde ir
¡Ayuda por favor!
Necesito hallar respuesta a mi dolor
Quebrántate y llora
Quebrántate y llora
Ya no habrá más temor
Él está aquí
Grande es mi dolor
Tal vez demasiado para mi
Necesito a alguien
Que me ame de verdad
No sé donde ir
¿No ves mi temor?
Oí que tienes la respuesta a mi dolor
Quebrántate y llora
Quebrántate y llora
Ya no habrá más temor
Él está aquí