La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Pueblo mío dice dios, no mires hacia atrás
Aunque venga el faraón, tormenta y huracán.
Confía en mí y marcha bien, caminando en rectitud
Imitando como pablo, a mí hijo jesús.
Y los que esperen en mí, nuevas fuerzas tendrán
Levantarán alas fuertes, como las águilas.
Correrán y no se cansarán,caminarán,
Y no se fatigarán.
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El perverso atacará, pero no vencerá,
Pues mi pueblo tiene en mi nombre toda autoridad.
Pueblo mío sigue al frente, batallando con fuerza,
Mantente firme buen soldado, hasta el día que vuelva
Y los que esperen en mí nuevas fuerzas tendrán
Levantarán alas fuertes, como las aguilas.
Correrán, y no se cansarán, caminarán,
Y no se fatigarán.
(4x)
Rebaño mío sé lumbrera, en la oscuridad.
Dile al mundo que se pierde, que yo soy la verdad
No te aferres a conceptos, no pierdas la visión.
Llevar a cabo la encomienda, la grán comisión.
Y los que esperen en mí nuevas fuerzas tendrán
Levantarán alas fuertes, como las aguilas.
Corerrán, y no se cansarán, caminarán
Y no se fatigarán.
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Y los que esperen en mí nuevas fuerzas tendrán
Levantarán alas fuertes, como las aguilas.
Correrán, y no se cansarán, caminarán
Y no se fatigarán.
(4x)
Y los que esperen en mí........ (1x)