La música cristiana es de origen judío: la liturgia musical de la sinagoga, en particular el canto psalmódico de los judíos como unidad poética musical, fue un legado preciado transmitido del Israel antiguo al cristianismo primitivo, como forma de manifestar tanto a nivel personal como comunitario las creencias religiosas y la fe en Dios.
Si tú vives agradecido del señor, amigo querido,
Levantate, regocíjate porque mi cristo no es aburrido.
Si el ha cambiado tu lamento en baile y la tristeza
Por alegría.
Acepta el reto que hoy te lanzo confesándole tu vida.
(puente)
Sea el lugar donde te encuentres escuchando esta
Canción, si eres salvo de verdad de lo profundo de tu
Corazón.
(coro)
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de jú-bi-lo! (2x)
Hay muchos hermanitos que se quedaron callados,
Les voy a dar otra oportunidad por si acaso se me
Despistaron.
Romanos 1:16 dice que no me averguenze de evangelio
Porque es poder de dios. asi que anímese mi gente.
(puente y coro)
No te quedes callado, no no niegues la fe.
Testifica con tu boca que nuestro dios tiene poder.
Refleja en tu cara la dulzura de la vida,
Pues como dicen por ahí, a la tercera va la vencida.
Sea el lugar donde te encuentres escuchando esta
Cancion, si eres salvo de verdad de lo profundo de tu
Corazón.
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de jú-bi-lo (2x)
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de júbilo!
¡dale un grito de jú-bi-lo! (4x)